Veía a Taka y su mundo se detenía. Sentía una sensación extraña en su pecho, extrañado pues él no recordaba padecer de taquicardia, ni que dicha sensación apareciera cuando estaba con su pequeño amigo. Extraño y familiar... Ese calor que se producía en su cuerpo al estar con él, le resultaba tan conocido. Como si lo hubiese sentido siempre.