Soy esa mina de lápiz destrozada por dentro, y en el momento en el que me rompa por primera vez, por más que intentes sacarme punta, no volveré estar entero. Tú eres esos instantes en los que el cielo se viste con colores rosados, naranjas, amarillos, incluso violetas... ese atardecer que la gente nunca se cansa de ver, pero que no dura para siempre. Somos el blanco y el negro mezclados pero sin conseguir formar un gris. Somos tantas cosas que nunca es suficiente.
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