Los ángeles, criaturas que tus padres de pequeño te dicen que no existen, que es obra de tu imaginación, pero, ¿cómo me explicas esa voz que hay en tu cabeza, pero, no oyes que eres tú?
Sí, se lo que es la conciencia y hasta ahora si que se puede tener diferentes opiniones,pero , ¿qué me dices de las luces que te guían cuando te pierdes?, o, ¿de ese amigo invisible con el que jugabas de pequeño?
No me digas que pueden ser alucinaciones, bueno, si estas en el desierto y ves agua puede que sí, pero, no creo que alguien ahora mismo este en él. En fin, puede que no siempre sea tu ángel, pero, no quitemos la posibilidad.
Los ángeles no siempre se dejan ver, pero, este no fue caso de Lith.
[Desgaste rápido + Mimos grupales + Lider femenina gentil + Escoria aplastante]
Su Zhiruan había muerto inesperadamente y estaba atada al Sistema de parto.
Completar tareas le haría ganar la vida eterna y una riqueza inagotable.
¡Esto suena genial! En su última vida, no tuvo hijos. Después de unirse al sistema, fue bendecida con muchos hijos y fue mimada hasta el cielo por el protagonista masculino.
¡Todos sus hijos eran obedientes, sensatos y fáciles de criar, lo que la convirtió en una verdadera portadora de fortuna!
[Escenario uno]: Cinco años después del reinado del Emperador, el harén no había producido descendencia. Después de una noche de pasión con Su Zhiruan, el harén se llenó de príncipes y princesas.
El Emperador los adoraba incluso durante las sesiones de la corte, dejando de lado su comportamiento imperial para jugar con los niños y enseñar personalmente a los príncipes. Su mirada hacia Su Zhiruan se volvió cada vez más ferviente.
"Querida, ¿te gustaría ser mi Emperatriz y juntas cuidar de nuestros hijos, convirtiéndote en mi esposa por encima de todas las demás?"
[Escenario dos]: Se rumoreaba que el caballero más misterioso de la capital estaba discapacitado. Se acercaba a la mediana edad y no tenía descendencia.
Sus parientes lo observaban con curiosidad y deseaban su muerte a diario.
La llegada de Su Zhiruan desbarató por completo sus planes, ya que ella le dio a este apuesto hombre una prole de hijos.
Cuando pensó en irse, él la abrazó, sus ojos normalmente fríos y orgullosos llenos de súplica. Su voz era profunda y baja.
"Esposa, por favor no me dejes a mí ni a nuestros hijos. Te lo ruego".