- No, no, no... No puedo - llame la atención de Alondra que veía un anime en mi portátil.
- ¿Ahora que te dijo? - me quito el celular. - Ohh... No hay problema.
- ¿Como que no hay problema? ¡El piensa que soy mujer!
- ¿Y?
- ¡Mierda Alondra! No puedo ir a encontrarnos y decirle "¡Hola! Conmigo te acostaste en mi cumpleaños, soy el hermano de tu mejor amigo"
- ¡Muy mal! - me regaño... Espera ¿me regaño? - ¡Sigues sin aprender de los mangas, podemos vestirte de mujer!
- ¡Estás loca! - dije, no podía creer lo que decía, a veces está bien pero se pasó esta vez.
- Ven - me levanto de la cama y me puso enfrente del espejo de cuerpo completo. - Mírate, ¡Tienes una cara bonita, eres todo un uke!
- Solo eso, de inmediato vera que soy hombre.
- Solo falta maquillarte y ponerte ropa de mujer.
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- Tómame una foto para que te dure más pero - empezó a caminar hacia mí, retrocedí pero la pared me detuvo. - Puedes tocarme, no muerdo - susurro en mi oído, pero sé que es mentira, siempre me muerde.
- Emm... - tomo mi mano y la paso en su torso, su piel muy suave y pero duro, me mordí el labio inconscientemente.
- Te vez tan lindo - susurro en mi oído mientras yo me deleitaba tocando su cuerpo, sentí un dolor, me mordió. - Necesito que hagas algo por mí - dijo sacándome de mis pensamientos.
- S-sí.
- Debes obedecerme, me perteneces desde que salimos - comento, asentí y una sonrisa apareció en sus labios, no sabía que ver, si sus labios o sus ojos, estaba tan cerca.
- S-sí.
- Desde ahora ya no usaras ropa interior y si la usas, te castigare ¿Quedo claro?
Segundo libro de "Bebé".
Esta historia es mía, solo de mi mente retorcida. Por el amor al maligno, no copies.
Pazbhro.
Nanami-kun.
Tercer libro de la serie amores de la mafia [EN PROCESO]
Crecer como la hija de uno de los capos de Italia solo tiene una ventaja -tener un matrimonio asegurado-, y para mí no es una ventaja porque tener matrimonios concertados solo te convierte en la esclava sexual y fábrica de bebe. Cosa que me niego rotundamente a ser.
Pero vivir en una ciudad donde tu padre tiene ojos en cada esquina y miles de voces que le informan las cosas antes de que pueda suceder es una tortura y esa tortura me llevo a contraer matrimonio con él, Alessandro Lucchese.
Esta es una historia que me pertenece en su totalidad. No permito ni acepto copias, adaptaciones, reproducciones, transcribir o trasmitir por cualquier medio físico o mecánico sin mi consentimiento.