El amor es como la cantarella, no tiene un olor o color y en un principio puede no tener sabor. Pero conforme avanza, intoxica rápidamente el sistema y llegado su momento, sucumbes ante ello. El amor, al igual que la Cantarella, es peligroso. Y el amor, como la cantarella, te permite hacer cosas que antes no te creías capaz.