-¿porque lo besaste?- me preguntó furioso
- bueno, pues porque él me gusta- le conteste más furiosa aún.
-él es malo Gisell, te mereces a alguien mejor, alguien que te quiera, que te respete- se fue acercando más a mí y se puso muy cerca.
- ¿y se supone que ese eres tú?- le pregunte fingiendo una risa.
Me miró a los ojos y se puso demasiado serio.
-me gustas Gisell, y no sé que es lo que me pasa cuando estoy contigo, solo sé que necesito de escuchar tu risa para que mi día mejore, me encanta cuando hablas y hablas y no te callas, me encantan tus ojos, pero sobretodo la forma en que me miran y tú sonrisa ¡oh Dios! Esa sonrisa que tienes, no hay nada mejor que eso, Gisell creo que me estoy enamorando.-
No podía creer lo que estaba escuchando, literal mi corazón se me iba a salir del pecho.
-dijiste que el amor era para idiotas- no puedo creer que después de todo lo que me dijo solo le haya dicho eso.
- sería el mayor privilegio ser un idiota por amarte- no pude más y lo bese, lo bese como nunca.