A los tres años, Timmy fue el único testigo del asesinato de su padre. Solo él pudo verle la cara al culpable. Cinco años después todavía tiene pesadillas y recuerda con ansiedad los ojos azules del asesino; su madre, Laurie, lo que más le atormenta es la amenaza que le hizo a su hijo: "Dile a tu madre que la próxima vez le tocará a ella y después a ti".