En Grecia, tres fuerzas malévolas resurgieron de las cenizas de una guerra. Tánatos, War y Hela. Eran destrucción, crueldad y sufrimiento. Tánatos, el más despiadado de los tres seres, comenzó una aventura con Hela. Años después, el hermano de Tánatos, War, se interesó igualmente en la amante de su hermano. Tánatos, aún siendo la bestia despiadada que era, no pudo evitar enamorarse de Hela, por lo que la reclamó como suya.
Hela muy pronto quedó embarazada de trillizos. Los fetos poseían triple ADN, por lo que eran hijos de su tío y sobrinos de su padre. Al mes, Tánatos descubrió la traición. Fuera de sí, maldijo a su hermano a 7000 años en éxtasis, donde sufriría de hambre y sed. A Hela la despojó de su divinidad sin arrebatarle su inmortalidad. Y sus hijos/sobrinos serían desterrados al plano humano en cuanto nacieran.
Tánatos en aquella época olvidó algo muy importante... Arrebatarles su divinidad. Tres poderosos dioses inmortales vagando por la tierra no era buen presagio. Habría derramamiento de sangre, tarde o temprano.
Había que darles caza.
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Sinn: Dios de la locura, Arikos: Dios del odio y Medea: Diosa de la destrucción, se encontraban vagando por el plano humano hasta que en una remota tierra, conocieron al hechicero más poderoso de la época.
Albus Dumbledore no sabía nada sobre dioses griegos inmortales. Esto iba más allá de su campo y creyó que sería una ventaja a toda costa. Si encuentras un arma, lo más sensato es usarla, ¿No?
Pero... ¿Si el arma le dispara al dueño y decide no ser usada?
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Esta historia contiene términos que pertenecen a la saga bestseller "Cazadores Oscuros" de Sherrilyn Kenyon.
Bell descubrirá algunos engaños de sus seres querido
Por un estraño deseó viaja entre mundos para hacerce más fuerte y poder volver a Orario y ser el último héroe
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