Era una noche fría y oscura, él estaba sentado al pie de su cama con las rodillas recogidas hasta su pecho, apoyaba la frente en ellas atormentado por sus pensamientos y remordimientos, sin poder dormir una vez más. Se sentía cansado más que nunca, pero menos que siempre. Pasaron horas cuando por fin logró reunir las fuerzas necesarias para levantarse y caminar hacia el espejo. Vió su reflejo, no era él, no se sentía como él, sus ojos estaban lejanos, su rostro ya no era su rostro, su sonrisa se había convertido en una tristeza permanenteme tatuada en su rostro, se sentía vacío, la poca esperanza que lo mantenía vivo había desaparecido. Dió un golpe al espejo y tomó un frasco de la repisa mas alta, lo tomo con mucha fuerza, como si se aferrara a algo, como si aquel pequeño frasco contuviera su vida. Volvió a sentarse en el suelo, al pie de su cama, pensaba, miraba el frasco y lloraba. Por primera vez en la noche tuvo miedo, pero estaba decidido, nada ni nadie podría detenerlo.
Ella, es dulce, agradable y gentil.
El, el grosero, mal hablado y serio.
Ella, es luz.
El, es oscuridad.
Ella, ama la pastelería, libros y animales.
El, odia la cocina, le aburren los libros y no le agradan los animales.
Ella, va con una sonrisa a todos lados.
El, va con cara seria a todos lados.
Ella, es la única que logra sacarle una sonrisa.
El, solo le sonríe a ella.
Ella, es la nerd del instituto.
El, es el popular y bullying del instituto.
Quien diría que dos personas todo lo contraria llegaría a enamorarse.
Es verdad cuando dicen "te enamoras de la persona que no esperabas" y Liam y Natalie son el clave ejemplo de eso.