No estaba segura de quien era, no sabia con certeza nada de mi pasado, perdía la cabeza algunas veces, me despertaba a media noche lanzando gritos, gritos que pedían ayuda, tenia ataques de ira, estaba viva pero por dentro estaba muerta, me estaba consumiendo lentamente. Lo único que me quedaba eran los reduerdos y lucharía por ellos.