En un mundo en el que todo el mundo tiene sexo a pesar de que este sea un tema tabú, un chico que no siente atracción sexual por nadie sería algo raro... como una especie en peligro de extinción. Sobre todo en un mundo en el que incluso los individuos jóvenes compiten por ver quién ha perdido su virginidad antes o quién ha tenido sexo con mayor número de personas, un adolescente ya metido de lleno en la adolescencia que nunca ha tenido ese tipo de relaciones e incluso nunca ha llegado a besar a nadie sería el centro de atención, concretamente para las burlas de los demás y los juicios de estos. Sin embargo no es el hecho de que se rían lo que preocupa a Jake, nuestro protagonista, sino que jamás llegue a ser feliz porque es distinto a los demás y piensa que nunca le van a aceptar, todo porque han empezado a llamarle asexual y se está planteando seriamente si lo es y si eso va a suponer un obstáculo en sus relaciones interpersonales.