Mamá, hay un vampiro en la azotea

Probablemente, el día en que su madre fue asesinada, Yang Yang hizo una fiesta interna. Pensó que aquella tortura tan longeva por fin había terminado e, incluso, cuando tuvo la oportunidad depositó un beso en la mano del asesino.

Sin embargo, cinco años han transcurrido y el verano revive crueles memorias. Está harto de su existencia, por lo que en medio de repetitivas crisis nocturnas, corre descalzo a la orilla del mar esperando arrancar de su alma los retazos que permanecen de aquella mujer.

Pero con lo que Yang Yang no cuenta es que un par de ojos misteriosos le observan a la lejanía, y pronto irrumpirán en su vida, haciéndole girar entre espirales de carne, estrellas y sangre. Caerá en un infierno maternalmente personal.

Hermosa portada hecha por: @LCBuenfil. ¡Gracias!