El insomnio se apodera de mi existencia producido por cada palabra, cada grito, cada hecho, cada desilusión que habita en mi mente cada recuerdo que me llevan a la infinita ansiedad, de no parar de pensar en todo. Ese inútil intento contaste de creer que pensando se va a solucionar algo o las cosas van a cambiar, y en una forma de desahogo y expresión escribo estas cartas sin destino con el único fin de sentirme libre aunque sea por un instante.