Que harías si un día despiertas y no sabes quién eres, ni de dónde vienes, ni quiénes son tu familia y amigos, sino puedes confiar en nadie, si te encuentras ahogado en un mar de preguntas sin respuestas, o frente a un camino con infinitas direcciones sin saber hacia dónde ir? Tratarías de recuperar tu pasado, al precio que sea necesario? O construirías un nueva vida, a partir del presente? Acaso es bueno mirar atrás, al pasado, observar el camino recorrido, los errores cometidos? O acaso es bueno seguir con tu vida sin conocer sus inicios, sintiéndote completamente perdida y...sola?
Samantha Rivera y María Victoria Arellano.
No tenían muchas cosas en común, sus edades eran distintas, sus maneras de caminar no coincidían y mucho menos la estatura. Nunca pensaban igual, tenían ideas muy diferentes y actitudes contrarias. María Victoria era dueña de si misma, Samantha era una chica insegura. Sus manos parecían ser hechas como piezas exactas para encajar una con otra, con los dedos entrelazados y mirando a la misma dirección.
Samantha era su pequeña.
Está historia no me pertenece, todos los derechos a su autor original.