El génesis de la catástrofe

Las escrituras sagradas se abastecen de amenazas y sobornos que quieren ganarse nuestros corazones y envenenarnos con sus promesas a medias.
Si amas a una divinidad y dedicas la única vida que este mundo te da a honrarla, tras tu muerte irás al Edén mientras los pecadores cruzan las suntuosas puestas del infierno, suplicando una segunda oportunidad con solo ver de lejos el más mínimo fulgor de las llamas del averno.
Pero hay algo más tras esas promesas sin razón y sin sentido, hay una última que todos los devotos creen ciegamente y esperan: Al final de los tiempos, cuando todo acabe, los moradores del Edén y más fieles creyentes resurgirán como Jesús lo hizo.
Saldrán de la tumba volverán de nuevo a la vida.
Pero nadie les ha dicho cómo y este contrato con Dios (que en verdad no es tan bueno) tiene letra pequeña.