Todo sucedió de manera repentina. Todas las luces se apagaron, los motores dejaron de funcionar y el aire se volvió frío poco a poco. Todas las puertas se abrieron y las criaturas de la noche entraron buscando comida. Al principio, hubo gritos y confusión. Luego, muerte y tristeza. Los pocos que sobrevivieron se esparcieron por la ciudad buscando refugio entre las sombras como ratas asustadas. La vida, lentamente, se fue tornando sombría y un lugar como Colonia, donde siempre reinaron la paz y la alegría, fue inundado lentamente por la locura, el miedo y el dolor.