No me malinterpreten: jamás he sido del tipo de chicos que siguen modas...
Pero estaba desesperado.
Después de que Renata me rompiera el corazón, sabía que estaba de más intentar arreglarlo a como diera lugar. Quizá por eso busqué la manera de recomponerme; porque nada de lo que hacía estaba funcionando...
Cuando le platiqué el plan a Ana ella me dijo que no sabía si era tan buena idea, después de todo, pese a que ella también era escéptica y estaba intentando ayudarme, ésto sobrepasaba sus límites. Yo insistí. Al fin y al cabo, ¿qué podía pasar? las "36 preguntas para enamorarse" no resultaban lo más cómodo del mundo; incluso dudaba de que me sacaran siquiera un poco del inmenso hoyo en el que estaba metido... sin embargo aquí estoy esta noche, al igual que ella. Intentando empezar un juego en el que intentaremos unir cada pieza. Le he prometido que no pasará nada. Vaya, ¡hasta me ha hecho jurarle que, sea lo que sea que digamos esta noche, jamás deberá salir de estas paredes! Por supuesto que no saldrá de aquí; si yo también tengo algunas cosillas que contar... secretos que tal vez no confesaría si no estuviera dispuesto a olvidarme de todo un rato... y quién sabe, quizá, si esta cosa funciona, podríamos intentarlo...
Pese a no estar seguros...
Pese a que tengamos miedo.
Arthur Zaens, un multimillonario frío y desalmado que ha vivido en la oscuridad desde la desaparición de su esposa, dejándolo solo con sus dos hijas gemelas. Desesperado por encontrar una niñera que cumpla con sus estrictas expectativas, Arthur conoce a Lía, una ex escritora y editora recomendada por un amigo. Aunque su relación comienza de manera conflictiva, con discusiones y malentendidos desde su primer encuentro en un bar, Lía se convierte en la persona que poco a poco transformará la vida de Arthur y de sus hijas, desafiando su frialdad y cambiando su mundo para siempre.