Alina Kemnis, hija de una enfermera, humilde y trabajadora. A sus 20 años tiene que luchar con la curiosidad y el anhelo de ver el sol por las mañanas, los colores, los matices, los rostros de quienes ama y su reflejo al espejo, siendo eso algo imposible. Parece no tener nada, pero siente tener todo. En sus ojos no hay luz pero intenta que su vida la tenga. Patrick Roussel, hijo de uno de los empresarios con más dinero de la ciudad. A sus 20 años tiene más de lo que él podría producir trabajando hasta morir, aun así, eso puede ser su destrucción. Parece tenerlo todo, pero siente no tener nada. En su vida no hay luz y en su mirada tampoco. Pero el amor es la luz que más brilla en cualquier oscuridad y por mucho que esta se resista tarde o temprano se disipa.