Era una de esas noches frías en las cuales el humos de mi porro se encargaban de aplacar el penetrante frío del invierno, disfrutaba de la sensación de livianes y calma que este me brindaba mientras llegaba el recuerdo de la mujer que aparecía después de morder una buena cantidad de partículas que se encontraba en mi seta de Hongos...