Malachai, parece malo, y un tanto psicópata.
Me haces daño, tu no quieres sentir lo que yo.
Me lastimas, le había susurrado antes de que todo se torne negro. Nunca había visto su sonrisa de una forma demoníaca, pero cuando agarró ése cuchillo mis sospechas se confirmaron. Así era él y así era su punto límite. Así era él y nada podría pararlo.
La desesperación era absoluta, no podía escapar más de él, estaba harta, mis pies dolían y mis piernas se debilitaban ante mi exigencia.
"CORRE" gritaba mi coherencia consiente de que nos iba a atrapar.
Las paredes de mi mente caían, provocando ruidos sordos.
Deja de actuar así, él no te haría daño, pero ya lo había hecho.
La locura es divertida.
Podía sentir como me abrazaba, y sus brazos me tiraban hacia abajo. Cerré los ojos. Sólo son recuerdos.
El pasado está compuesto de dulces y azúcares, que se pudren ante la exageración utópica.
La ternura desaparece ante tu demencia, aunque me hagas ver cosas que no son.
"SON MENTIRAS" susurran, y ahora sé que lo único que puedes decir son mentiras.
Mentiras frías envueltas en azúcar y decoradas con chocolate. Mentiras que parecen verdad.
Me paso la mano por el cabello, en un intento desesperado de saber que piensas.
El profundo corte de mi estomago no me permite ser rápida.
-Bonnie- oigo que susurra, y yo por reflejo me escondo.
Estoy muy débil para usar mi magia, pero tengo que permertirme un intento.
Siento unos pasos acercándose, acompañados por una respiración pesada.
Me hago chiquita, pero no lo suficiente como para ser invisible.
No Kai, no me lastimes.
Me agarra del hombro, volteandome, sus manos se envuelven alrededor de mis brazos, y no puedo evitar sentir miedo. Miedo ante su mirada de furia, pero por una razón desconocida se empieza a suavizar. Todo da un giro de 180°, me imagino lo peor, pero sólo me acerca rápido hacia él, abrazandome, y llorando.
Llorando en mi hombro mientras susurra disculpas.
Red Hearts nunca había creído en fantasmas... hasta que conoció a Chloe Charming.
Todo comenzó cuando Red se mudó a un antiguo castillo en Auradon, buscando escapar del caos de su vida real. Pero su tranquilidad duró poco, porque una peliceleste mandona y testaruda apareció de la nada, asegurando que ese era su hogar.
Al principio, Red pensó que estaba alucinando, pero pronto quedó claro que Chloe no era un simple fantasma. No podía recordar cómo terminó en ese estado, pero algo dentro de ella le decía que aún no era su hora.
A medida que Red y Chloe desentrañaban el misterio, descubrieron que Chloe no estaba muerta... sino en coma en un hospital de Auradon. La única manera de salvarla era encontrar qué la mantenía atrapada entre la vida y la muerte.
Lo que Red no esperaba era enamorarse.
Pero, si Chloe despertaba... ¿recordaría todo? ¿La recordaría a ella?