Karla James, es la joven moderna independizada abrumada por la monotonía del deber entre sus trabajos de oficina y las clases a preparatoria, asediada de la realidad carente de aventura se encuentra con la esperanza de volver al esplendido ambiente parisino el cual en algún momento visitó.
Siendo una simple aprendiz de arte en su antigua estadía, descubre que posee una herencia familiar por retener, una nada más y nada menos en la ciudad que le arrebato el corazón. Curiosa ante tal legado, toma aquella oportunidad como un escape a la rutina mientras descubre la razón de ser elegida y totalmente desprevenida ante lo que realmente encontraría en aquella residencia espeluznante.
El, los restos del hombre que existió alguna vez, sin rostro, atrapado por las sombras de su pasado, herido por sus debilidades, su única pertenencia que infundía protección en los últimos siglos, ha sido invadida por una mujer, precisamente ella, con la esencia del hombre que más ha odiado y le recuerda cada noche en sus pesadillas que debe permanecer en la oscuridad y con una sola acción, le quitó todo. Debe hacerla huir, a cualquier precio evitando volver a su debilidad: el amor.
Porque esta vez, el era todo veneno, era maldición.
Arte, bella herramienta de sensibilidad que es capaz de apreciar o mostrar en su mayor tanto bellezas, como las rarezas e imperfecciones de las obras creadas por la humanidad. El arte como el amor, pueden revelar lo más sutil y recóndito de la esencia de cada dueño y en cierta forma, los humanos - y no tan humanos - también pueden ser definidos en ese intermedio.
¡Oh París, bella París!
Muchas leyendas de amor hay escritas en ti, pero si fuera el odio quien tomará lugar esta vez, aún así me preguntaría...
¿Quién no podría enamorarse, en Paris?
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.