-Sé que no te pertenezco- musitó con suavidad.
-¿A que te refieres con eso?- preguntó con paciencia, típica de él. Su timbre brindaba paz, no era grave pero tampoco agudo, era el justo que te hace pensar en un varón con clase, uno que al mismo tiempo sabe intimidar.
-No soy tuya, no tengo tu sangre.
Aquellas palabras inocentes resonaban en los oídos del caballero, vaya manera de pensar para una niña de 10 años.
Estaba frente a ella, erguido y con las manos en la espalda, su aura emanaba poder, sus ojos eran negros como la noche más obscura, su piel blanca dejaba en ridículo a la luna y su gesto sereno lo hacía parecer el hombre más egocéntrico.
Sin embargo, de vez en cuando lo rescataba una pequeña sonrisa de lado, que apenas se dignaba a marcarse como tal. Solía ser tan espontanea que lo hacía ver más jodidamente atractivo de lo habitual, tanto así que más de una vez había noqueado a cientos de damas, y esta era una de esas veces. Se sentó en la cama, tomo las manos de la niña entre las suyas y las miro con ternura, notando que no eran ni la mitad de las suyas, entonces esa leve curva apareció.
-Estas equivocada, piccolina mía. Perteneces aquí, a mi lado.
Ella es sólo una adolescente atormentada por los típicos dramas clichés de la edad y el rollo sobrenatural.
Él es el Vampiro sexy y ególatra que se aprovechará de la chica mediante un "justo" Pacto.
Pero hay algo curioso en esa chica loca que no se asusta ante el impacto de los colmillos de la bestia chupa-sangre.
El atormentado, finalmente, puede que termine siendo él.
♡ Portada hecha por @Gaia_Withard ♡
ADVERTENCIA CONTENIDO SENSIBLE: La historia que estás por leer es una obra de ficción. Algunas escenas pueden contener temas sensibles o situaciones moralmente ambiguas, por lo que se recomienda discreción.