¿Por qué simplemente no desaparece y ya? Era abrumador cargar con aquellos sentimientos por alguien de su propia familia, si estuvieran en la época medieval lo mandarían a la horca, ¿Por qué ese tipo de cosas le suceden a el?
Osomatsu le tacharía de enfermo e incestuoso, y maldición, cuanta razón tenía, el solo deseaba llorar, apretujar a su hermano en un abrazo, decirle cuanto lo amaba y pensar que era correspondido.
Osomatsu necesitaba creer que aquella tensión sexual no existía, era un patán, un cobarde, y bastante aprovechador en ciertas cosas, podrías calificarle con cualquier adjetivo negativo, pues el mismo admitiría que era una basura.
¡Veía a su hermano con otros ojos! No tenia derecho, era su hermano, probablemente en otro tiempo no tendría tanto problema en admitirlo, quizás ni siquiera le importe la moral y lo incorrecto que era, pero ahora todo era diferente con lo que había pasado.
El solo quería que Karamatsu volviera a ser el mismo de siempre, que deje de rehuirle la mirada y tan solo si pudiera, decirle cuanto deseaba tirarle en una cama y hacer todas las posiciones posibles hasta hartarse.
(Oh... De paso decirle que lo amaba no de la manera correcta)
OsoKara - Osomatsu-San.
Freen era una omega bastante rara para la personas aquellas decían que era un poco más alta para ser una omega otros que podría dar miedo si te miraba y algunas personas solo quedaban enamorada de verla aunque para Freen todo era normal pues siempre era amable y nunca se enojaba atenta con sus seres queridos era la chica perfecta como sus padres solían decir.
Becky una pequeña omega tan hermosa como la primera nevada era una chica responsable y cuidadosa con todo lo que hacía vive esperando a que aquella omega aparezca una vez más a su vida pues recuerda que alguien la salvó cuando era pequeña más no recuerda su rostro así que vive con la ilusión de que algún día aparecerá.
Pero ¿Qué pasaría si la persona que espera aparece en último año de universidad? ¿La reconocerá?