Todos soñamos con un final feliz. Y yo, por supuesto, no podía ser la excepción. Con lo que no contaba era con tener de donde elegir. Y terminar escogiendo el equivocado. -Seamos sinceros, yo no soy lo que tu buscas, no me gusta leer, odio bailar y me cae mal tu hermana. Pero aún así estas enamorada de mi. -Y eso quien demonios te lo garantiza. Puede que yo también quiera jugar contigo. -Ya hemos pasado por esto otras veces. Y solo te digo que es una pérdida de tiempo, guerita. -Tal vez estas confiando demasiado en tu instinto. Pero tenía razón, yo estaba embobada con él. Aun cuando me juré a mi misma no hacerlo, aun cuando dije que solo seria un juego.