- ¡Abran la maldita puerta en nombre de la ley! -gritó uno de aquellos idiotas "servidores del pueblo" como se hacían llamar. Para estar en un lío con todo EEUU estoy muy tranquila y me importa un carajo. - ¡A la ley me la pueden pasar por el clítoris! -exclamé al borde de la ventana, literalmente medio yo fuera. A doce pisos del suelo. - ¡Nos veremos forzados a abrir con lujo de violencia! -comenzaron a golpear mi hermosa y estúpida puerta. ¿Porqué sigues aquí, estúpida? ¡Corre y déjalos en ridículo! Mientras veía como la puerta caía, alcé la voz para despedirme y comenzar mi aventura, mi nueva loca y ardiente aventura. - ¡Si es que pueden, atrapen a Rocket Queen! -dije para saltar de aquella ventanilla, y los idiotas lograron entrar. Pero era demasiado tarde, Queen ya no estaba.