H. P. Lovecraft. El Arbol
  • Reads 55
  • Votes 1
  • Parts 1
  • Reads 55
  • Votes 1
  • Parts 1
Ongoing, First published Mar 29, 2016
En una ladera verdeante del monteMaenalus , en Arcadia, hay un olivar que rodea una villa en ruinas.
Muy cerca existe una tumba, en otro tiempo tan hermosa como la casa. En un extremo de ese sepulcro,
de modo que sus curiosas raíces desplazan los manchados bloques de mármol pentélico, crece un olivo
asombrosamente grande y de formas repugnantes; y se asemeja tan grotescamente a una figura humana,
o al cadáver contorsionado de un hombre, que los campesinos temen pasar por allí de noche, cuando la
luna ilumina débilmente sus ramas retorcidas. El monteMaenalus fue paraje predilecto del terrible Pan,
que cuenta con muchos compañeros extraños; y los pastores sencillos creen que el árbol tiene alguna
horrenda relación con los misteriosospanisci; pero un viejo colmenero que vive en una choza vecina me
contó una historia muy distinta.
All Rights Reserved
Sign up to add H. P. Lovecraft. El Arbol to your library and receive updates
or
#344lovecraft
Content Guidelines
You may also like
You may also like
Slide 1 of 10
El retrato de Dorian Gray cover
Cuentos de Edgar Allan Poe cover
El principito cover
Cumbres Borrascosas-Emily Bronte (COMPLETA) cover
El conde de Montecristo (Alejandro Dumas) cover
Orgullo y prejuicio cover
DRÁCULA BRAM STOKER (COMPLETO) cover
Orgullo y Prejuicio cover
Poemas de Edgar Allan Poe cover
El Corazon Delator cover

El retrato de Dorian Gray

21 parts Complete

Basil Hallward había terminado el retrato. El joven Dorian, al verlo, no pudo más que desear, desde su frívola inocencia, que fuera su imagen la que envejeciera y se corrompiera con el paso de los años mientras él permanecía intacto. Y así fue: a partir de entonces, Dorian Gray conservó no solo la lozanía y a hermosura propias de la juventud, sino la pureza de los inocentes. Pero ¿a qué costo? Cuando se publicó El retrato de Dorian Gray, la crítica moralizante no dejó de acusar a su protagonista de ser una figura satánica, corrompida y corruptora, sin comprender que era el héroe de una novela que reflejaba la fatalidad de los románticos. Oscar Wilde (1854-1900) había querido hacer de la belleza un refinamiento de la inteligencia, y para ello sumió a su protagonista, Dorian Gray, en una atmósfera de perversión dominada por el arte y los poderes de un misterio que está más allá de la realidad: gracias a los dioses, el culto a la belleza puede trasladar las huellas del paso del tiempo a un cuadro, mientras el rostro de Dorian Gray permanece inalterado e inalterable.