Camille lo hizo. Encontró un sentido. Aprendió a vivir cada día. Una típica porteña, estresada por el trabajo, con una personalidad muy particular, decide parar con su vida poco grata y tomarse unas vacaciones. Así es como comienza su cambio de aire, su "lo queres, lo haces y lo vivís". En ello, un amor inesperado, y un camino con momentos que le hacen ver el valor de lo verdadero y único que tenemos: la vida.