La mataré, la mataré, la mataré. Busque rápidamente mis tacones y mi vestido, los divisé rápido y me envolví en ellos. Le di una ultima mirada a la cama mientras me mordía el labio. Él imbécil estaba bueno y era una pena no recordar nada de esta noche, camine y me tropecé con mi tacón. Maldeci. -¿Tan rápido te vas linda? - dijo posicionándose detrás de mí, posando una mano en mi trasero. Me gire y me quede hipnotizada un segundo por sus absorbentes ojos azules, causando que él sonreirá y alzará una de sus pobladas cejas oscuras. -¿Te gusta lo que ves? - preguntó apretandome más hacia él, haciendo que mi cuerpo sienta el contacto de su cuerpo, desnudo aún. Sentí la que las mejillas me ardían. -¡Maldito idiota! -dije dándole un golpe con mi pequeño bolso. Salí rápidamente de la habitación y él grito a mis espaldas. -¡Pero eso no decías ayer! -hizo una pausa y luego comenzó a gritar- ¡Ah, si, sigue. Más rápido! Me voltee y le mostré el dedo de en medio, causando que riera.