26 partes Continúa "Se dice que un hilo rojo conecta a quienes están destinados a encontrarse, sin importar el tiempo, el lugar o las circunstancias."
Isac y Ash no crecieron en el mismo mundo.
Uno viene del silencio, del abandono y la necesidad de sobrevivir.
El otro, de un hogar frío y lleno de apariencias, donde la vulnerabilidad era castigada.
Ambos aprendieron a esconderse: Isac detrás de su indiferencia, Ash detrás de sus sonrisas.
Pero el hilo, invisible, los fue acercando.
A veces como un tirón suave, a veces como un nudo en la garganta.
Y aunque todo parecía decirles que estaban rotos, en el reflejo del otro encontraron un espacio donde podían ser ellos mismos.
No se prometieron eternidad, pero aprendieron a quedarse.
Y a veces, eso es más que suficiente.
Porque cuando el hilo rojo existe... no se rompe, solo se enreda.