- ¿Y cómo fue?-.
- Distante, pero valió la pena, supongo-.
- ¿Le quisiste?-.
- ¿Debí haberlo hecho?-. Exhalé el humo del cigarrillo mentolado. - Tal vez un poco, tal vez aún lo haga-.
- Entonces, ¿Por qué no están juntos? -. Me miró confundida, sabía que tenía la razón pero no le concedería dicho gusto.
- Porque no estamos destinados a ser-. Apagué mi cigarrillo, tomé un sorbo de café y fingí interés en el chico de la mesa frente a nosotras.
- Siempre lo haces, finges que no te importa cuando el sentimiento te carcome por dentro, no está bien y lo sabes-.
- Sonreí amargamente; todo lo que decía era verdad, siempre pretendía ser la chica dura, la que vive pero no siente, la que sufre en silencio y sonríe de oreja a oreja todas las mañanas mientras camina por la calle. - "Estoy jodida y radiante, y viceversa" cité-.
- Te quiero amiga, pero tu masoquismo me sobrelleva en ocasiones-. Miró la pantalla de su celular, sonrío como siempre que recibía un mensaje del que era el "Amor de su vida".
Fingí ignorar dicho momento y eché mi mente andar; qué triste es andar por ahí despilfarrando amor sin siquiera saber si ambos laten al mismo unísono, tal vez era yo y mi "masoquismo" de siempre, tal vez era mi verdadero yo luchando por no ser reprimido por el realismo y crudeza de mi intento de supervivencia diaria. - ¿Todo bien?-.
- Sí, es que me acaba de mandar una imagen...-.
Escuché sin prestar atención, sonreía de vez en cuando dependiendo de su lenguaje corporal, gesticulaba demasiado y gracias a ello podía pasar desapercibida.
- ¡Qué cool!, algún día duraré mucho con alguien-. Mentí.
- Ojalá, lo mereces-. Me sonrió con plenitud, no sé cómo lograba escupir tanta felicidad, a veces yo lo hacía, pero no por una persona en específico, como sea, ambas sabíamos que había sólo un poco de verdad en dichas palabras, igual lo dejamos pasar.
(...)
Lara, una chica irreverente es enviada a un remoto lugar en México. Si de por sí es horrible estar aquí lejos de la tecnología y de las cosas que conoce; para empeorarlo se topa con Ana, una molesta rubia hija del pastor del pueblo.
La línea entre el amor y el odio es muy delgada. Cosa que Lara y Ana conocerán a muy temprana edad.
**CONTENIDO PROTEGIDO POR SAFE CREATIVE**