Fátima

Fátima Cortés solía danzar por los campos como si le hubiesen anunciado que al día siguiente perdería sus dos piernas, corría y retaba en apuestas a los jornaleros que la cuidaban gran parte del día y desafiaba a los pájaros si de cantar se trataba.
Quien no la conociera, tras verla por primera vez habría creído sin problema que se trataba de la hija malcriada del matrimonio de la hacienda.
Pero la realidad era muy distinta: A pesar de ser heredera de una buena porción de dinero, era tratada como una simple campesina. Su vida se basaba en exponerse al sol durante más de siete horas y de limpiarse la sangre de la nariz tras terminar. Aguantaba injusticias y humillaciones, a veces lloraba en silencio, pero, creía que todo podía ser mejorado con un canto sincero, un baile sin coreografía y una risa desbordada.
Amor, amistad, muchos secretos y luchas familiares. En ello puede resumirse Fátima.