La Insoportable levedad de ser Oso (y otros problemas de Manhattan)
43 capítulos Em andamento No soy Julia Roberts. Nunca lo fui.
Toda mi vida esperé -con el corazón en la mano y Pretty Woman en los auriculares- a que el pendejo de Richard Gere apareciera con un traje inmaculado y un ramo de rosas, para decirme que soy la chica de sus sueños. Pero no, mi ciela. La vida no es una comedia romántica.
Yo soy un espagueti de los de oferta, dos por veinte centavos. Vivo en Manhattan a base de café barato, una generosa tarjeta de crédito, y la capacidad de sobrevivir al hastío que cada mañana me pide no pararme de la cama. Porque he pasado de osos. A anillos. A bancos.
Regresado a osos. Excomulgado al propio Dios mientras terminaba en los brazos de la chica más impensable para mí. Como si mi vida amara las líneas de cocaína, y me dijera que ni siquiera puedo disfrutar de una historia de amor tradicional. O de crimen, puro y duro, que pondría orgulloso a Hércules Poirot.
Ya ni siquiera, de redención.
Esto es solo un testimonio. Rabioso, irónico, y absolutamente visceral. De lo que pasa cuando la vida es cruel, y goza en escupirme con una cerecita en la frente, a mi ex-novio -el cabrón que rompía y hacía mi corazón como quería- convertido en un oso. Literalmente.
Y justo la mañana en que decidí que sería buena idea ayudarlo...
Así que prepárense. Porque el Manhattan que conocen de las películas está a punto de volverse una cinta de Scorsese con guión de Tarantino. Y yo... yo solo quiero sobrevivir al fin del año 1999.