No importa qué tan rico, pobre, guapo, feo o daltónico seas; todos tenemos una razón por la que nos desvelamos. Una persona que nos llenó de vida y antes de irse nos hizo un agujero en nuestra alma por dónde se filtró toda la esperanza y parte de nuestra esencia. Esa persona que hoy quizás anda campante llenando de agujeros a los demás, o quizás ya se apolilló y al igual que nosotros está buscando arcilla para poder reparar todo el daño adquirido. A esa persona que tienes en mente ahora mismo, por la cual dudas de haber escogido a quien hoy tienes al lado, a esa persona que nos llena de dudas sobre si podemos volver a amar, a esa persona van dedicadas todas éstas letras de sinceridad. Tú y yo sabemos lo que se siente perder; toma tu tiempo y lee cuantas veces quieras, así quizás encontremos la manera de ganarle al azar.
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