Cuando Alejandro vuelve a Buenos Aires, jamás habría pensado que su hermano estaría en pareja con un hombre. Y jamás habría pensado, tampoco, que ese hombre sería tan diferente de cómo lo imaginaba. Sin embargo, pasarán los días y Kevin, el novio de su hermano, le enseñará a Alejandro que para el amor verdadero no existen recetas prefabricadas.