Justo antes de girar por una estrecha calle escuché un ruido. No iba a mentir, daba miedo. Me giré y miré hacia atrás para ver si alguien me estaba siguiendo pero no había nadie. Me volví y caminé de nuevo, pero esta vez más rápido, casi corriendo cuando alguien me agarró de mi pelo y tiró de mí, presionándome contra la pared. Grité debido al daño que me hizo. Era un tío grande, alto y fuerte; llevaba una capucha y con la poca iluminación que había en la calle no pude verle la cara. -Relájate, nena, estoy seguro de que lo vas a disfrutar -dijo él. Esto no podía estar pasándome a mí. Ni siquiera podía contener mis pensamientos, intentaba liberarme de su agarre a toda costa pero me sujetaba demasiado fuerte. Debido a la adrenalina ni siquiera sentía el dolor de una de mis muñecas. Estas cosas siempre parecían pasarle a alguien ajeno, nadie se piensa que esto podría sucederle a él en cualquier momento, hasta que pasa. -Es guapa, buena elección -dijo de repente otro chico que estaba a la derecha del primero. Éste último se lo dijo a otro chico que estaba a su derecha a la vez, y en ese momento me di cuenta de que eran no uno, si no tres chicos. Miré al que le había hablado. No podía creérmelo, ese chico era... Ciprian. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos me pareció ver un ligero destello y supuse que él también me había reconocido. Tuve una extraña sensación; ya no era el susto, ni el miedo, ya no intentaba quitarme de encima al grandote. Me había quedado en estado de shock. #Wattys2016