Recuerdo ese dia como si fuera ayer.
El día en que me convencí que el amor es una fuerza inquebrantable, ese dia en que la vi abrir sus ojos por primera vez supe que sería para mi, esos ojos azules se convirtieron en mi razón de existir, desde ese momento sentí que nunca la dejaría.
Me convertí en su sombra, aunque ella no se diera cuenta yo siempre estuve allí en sus tristezas, en sus alegrias, en sus fracasos y en sus victorias, ahora siento que no puedo seguir viviendo si no estoy cerca de ella, haría cualquier cosa por ella, sería cualquier cosa que ella necesitara.
Para algunos ser un ángel es perfecto, para mi no es precisamente así si ella no está conmigo.
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.