Para Misha, la vida no tiene sentido, y ha creído estar absolutamente solo todo el tiempo a pesar de que su nueva familia esté atento con él. El peso doloroso de su infancia perdida ha dejado heridas demasiado grandes en su corazón, heridas de las que aun no puede curarse. Y las cosas comienzan a empeorar cuando, en la preparatoria, las burlas y humillaciones en referencia a su apariencia le traen recuerdos amargos. Porque sí, Misha tiene un aspecto diferente al de los demás hombres. Un aspecto que él cree que es un castigo, pero que en realidad lo ha convertido en una persona especial para alguien.