Descubrimos el camino, medio despiertos, medio dormidos, y durante el recorrido tenemos la sensación de ir por la senda equivocada. Entramos en un laberinto de vaivenes desordenados
que nos desbordan las dudas; a veces la decisión es la cara o la cruz de una moneda, otras veces
es el éstado de ánimo de nuestro cerebro, que nos da órdenes en contra de nuestra voluntad;
resistimos y resistimos, pero, hasta cuando ese tira y afloja, esa luz y esa sombra...
el camino es infinito e interminable......