Elizabeth, reina del amor, destreza de mujer que camina entre varones. Son ellos los que me dan sus dones, me traen la miel. Pongo un pecado de pureza en cada situación, dando la clave del sentido de lo que pienso. Yo traje la venda al mundo, que cubre las heridas de los que no quedaron ilesos. Por eso traigo la fuerza y el coraje a aquellos que lo necesitan. Proporcionado vidas mejores.
Es el amor por el bosque que me hace sentir dichosa, cuando cabalgaba en la infancia por aquellos montes. Ya nada se de mi futuro, es incierto del todo. Pronto morirá mi corazón, y caerá en penumbra. Ya oigo el caminar de sus pasos, acercándose a mi pecho. Con espada de bronce cortaré las ramas que me impiden el paso, hacia el escondite de la victoria. He de tomar paso decisivo hacia mi fuga, pues pueden verme los perros del miedo, ellos son lo que me confunde y me hace sudar. Cuando él vio mi cuerpo desnudo comencé a sentir la cacería de mi extraño ser. No desmayé por la sangre sino por el tono de su mirada. Que decía, que yo ya estaba atrapada en la red de araña. Por siempre a su voluntad, podría hacer conmigo lo que quisiera, sabiendo que no sería culpado. Aquel miedo me hizo cómplice, de su intención. Era como un animal, lo juro, que te acecha lentamente hasta darte el mordisco en la garganta. Allí el miedo me encolerizó, y renací de otra forma para ser su amante, en el lecho de mi madre, yo ya no tenía nada que hacer. El fue quien me violó."