El pasado nunca desaparece, por mucho que nos guste engañarnos y pensar que sí. El pasado se supera, aunque para ello haya que hacer sacrificios en el presente y el futuro.
Keyla Andersen, a su corta edad, es una de las abogadas más importantes del país, forma parte de una gran familia muy poderosa y teme volver a enamorarse. En su vida todo parece glamuroso, con periodistas ávidos de una exclusiva protagonizada por ella, galas benéficas, y una familia que le adora. Sin embargo, en secreto investiga el asesinato de su padre, lo que está comprometiendo la seguridad de ella y todo su entorno.
William Knox, o simplemente Will, es un fotógrafo frustrado, en la ruina, y destrozado por las circunstancias, cuando conoce a Keyla Andersen, una joven que destila seguridad por todos los poros de su piel. Son totalmente opuestos, pero la pasión que hay entre ellos es inevitable, aunque apenas se conozcan.
Pero, cuando el pasado gana al presente, no hay nada que hacer. ¿O sí?
*Historia ganadora de los WOWAwards 2017*
-¿Has infringido alguna norma desde que trabajas aquí? - preguntó él, deteniendo mi plan de huida.
-No.
-¿Por qué no? -rio, mostrando aquellos dientes tan blancos y tan perfectos.
-Porque no.
Narciso se levantó, rodeó su escritorio teñido de blanco y reposó su trasero sobre él, con una pierna sobre la otra, mirándome como si fuera algo insignificante a través de aquel par de ojos azules.
-Infringe una. Ahora.
-¿Por qué iba a hacer eso? -me alarmé, aunque sopesaba ideas.
-Porque quieres hacerlo.
-¿El qué?
Sonrió y supe que era la sonrisa más bonita del mundo, tal vez porque él quería que así fuera.
-Bésame.
Narciso, el hombre más arrogante y ególatra que había conocido, me acababa de decir que le besara.
Allí, en aquel preciso instante.
-Besa a tu jefe y rompe las normas.