No me gusta contar mis problemas, depresiones, frustraciones ni nada. Siempre digo que yo puedo recuperarme sola, que nadie puede entenderme, pero aveces no aguanto y, mierda, necesito desahogarme.
-¡NO AGUANTO MÁS ESTO! -Grité frustada.
Para que me entiendan les contaré todo desde el inicio.
Mi nombre es Cassie, cuando era pequeña disfrutaba mucho de la compañia de mis padres, siempre jugabamos juntos, los acompañaba a las reuniones que hacían en mi escuela, siempre estaban ahí viendome cuando actuaba, éramos la familia perfecta, y yo los amaba con todo el alma.
Todo empezó el día de mi cumpleaños n° 7. Fue el mejor día que pude tener; mis padres me organizaron una gran fiesta, todos mis amigos asistieron. Me la pasé genial, sin tener idea que al día siguiente iba a ser el inicio de mi gran sufrimiento.
Me desperté sintiendo un caloroso beso en mi mejilla, muy diferente al de siempre. Era mi padre, se iba a trabajar, o eso era lo que yo pensaba.
Pasaron los días y comprendí todo, él tenía otra familia, otros hijos y entendí al pasar de los años que jamás volvería. Me dejó, y desde aquel beso no sé absolutamente nada de el.
Siguieron pasando los años y mi madre cada vez me trataba peor. Ya no eran salidas, ni juegos, ni nada. Ya no era la misma de antes, ella solo me gritaba y me pegaba, a veces sin motivo alguno. Me culpaba del abondono de mi padre. La sonrisa que ocupaba su rostro se borró totalmente, al igual que la mía.
Cumplí 15 años y ya no tenía amigos, ni a nadie, estaba sola. Por lo cual me quedaba encerrada en mi casa todo el día. No encontraba razón alguna para seguir viviendo, hasta que llegó él para darle sentido a todo.
Me encontraba en mi habitación terminando las tareas que me habían dejado en la Universidad, había tenido un día muy pesado y para ese momento ya estaba demasiado cansada, así que dejé todo a lado y simplemente me recosté en la cama y empecé a meditar acerca de la vida y lo que significaba, cuando de repente estaba recordando todos los acontecimientos que habían marcado mi vida.
Llegaron a mi mente buenos y malos recuerdos; el primer día de escuela, la primera vez que me caí de la bicicleta y me levanté, los primeros amigos que tuve, la primera vez que estuve en un hospital, cuando hice sentir orgullosa a mamá, el primer poema que escribí, la primera vez que quería que la tierra me tragara, aquella vez que vi películas de miedo con mis amigos y no pude dormir en toda la semana, mi época de fan loca de una banda y muchos momentos más.
Todos los recuerdos que llegaban a mi cabeza los había guardado como tesoros en mi memoria, pero había unos que definitivamente marcaron una nueva etapa en mi historia, eran los de mi último año en el colegio, mientras tenía en mi ser una mezcla de sentimientos, alegría, tristeza, furia, desconcierto y sobre todo nostalgia, surgió el recuerdo de el y con eso la primera vez que me enamoré...