»Olvidaste tu almohada roja, aquella que tenias desde que eras un niño pequeño, la almohada que te había reglado tu madre cuando fuiste a un campamento y tú le habías dicho que sin almohada no podías dormir bien y le preguntaste que si de casualidad no llevaba tela, algodón y agujas en su bolso y ella corrio a comprártela. Aún huele a ti, a tu delicioso aroma. Creeme que podría durar horas oliendo la maldita almohada. Si, Justin, maldije. Hoy no puedo hablar en todo el día, lastima, tenía tantas cosas que decirte que es una pena que el castigo por maldecir sea no poder hablar en el jodido día. Te extraño, maldito. He llorado por ti, pero más que nada por ponerme en tus zapatos y entender el dolor que yo te cause a ti. Justin, soy tan cobarde que no puedo decirte todo esto de frente, si, soy una mierda. Pero te estoy pidiendo perdón por todo lo que hice, perdón por todo. Realmente estoy arrepentida pero no me arrepiento de amarte como lo hago« ------- Creada: 18-4-16 La historia ya está terminada. Puede contener material explícito, Leelo bajo tu responsabilidad.