Kim Seung Ji, dueño y presidente de una agencia de modelaje muy reconocida en Seúl, Corea del Sur, decide aliarse con Park Jun Hoo, su mejor amigo, quien también es dueño y presidente de una famosa fábrica de confección de prendas de vestir a nivel Nacional e Internacional. Ambos hombres toman dicha decisión con el fin de hacer crecer sus negocios y cuando estos tengan mayor crecimiento, poder heredarlos a sus hijos. Aquellos amigos estaban envejeciendo y pensaban que ya era momento de empezar a preparar a sus primogénitos para que continuaran con el negocio familiar. Luego de varias charlas, Jun Hoo le pide a su amigo que reciba a su hija para que comience a adentrarse en la industria del modelaje, más adelante la pondría a cargo de las labores en su fábrica. -Mañana puedes traer a Eun Jan para que conozca la agencia, mi hijo podrá entrenarla. Sirve que los chicos se van conociendo, después de todo serán socios en un futuro.- comentó Seung Ji quién se encontraba sentado frente a su amigo en la pequeña sala de estar de su oficina. -Puede que para mi hija sea un poco incómodo, es la primera vez que trabaja para alguien más que no sea yo- sonrió- además ella no te conoce a ti, nos alejamos tanto tiempo que ya habíamos perdido el contacto. Me da gusto que nos hayamos encontrado por casualidad en Japón, de no ser así... no tendría de vuelta a mi mejor amigo.- finalizó el hombre. Tomó la taza de café que estaba en la pequeña mesa de crital frente a él y lo bebió todo de un sorbo.- Amigo mío, es un placer ser tu socio ahora.- Jun Hoo se puso de pie, estiró uno de sus brazos y ambos estrecharon sus palmas para finalmente sacudirlas. Este sería el comienzo de algo que los hijos de dichos amigos, jamás podrían imaginar.