Mi sangre corre a grandes velocidades por todo mi cuerpo. Siento la adrenalina. Toda mi energía se concentra en mis manos, lista para atacarlo y poder defenderme si lo hace antes. Mi corazón esta roto pero no es novedad, siempre lo estuvo desde que mis padres... no están. -Yo solo trato de hacer lo que creo correcto -grita desesperado. -Ese es el problema. Para ti todo esto es correcto -llamas como salidas de volcan salen por mis palmas-. Por eso, ¡debes morir!