No debí confiar en las palabras de ese hombre, pero termine yéndome con ese hombre a vivir en aquella aldea que era habitada por hombres lobo, desde ese momento eh estado VIVIENDO CON LOBOS.
La primera vez que se encontraron prácticamente ni se miraron a la cara, pero hubo más veces, y poco a poco encontraron la forma no solo de mirarse, sino de conseguir ver más allá.