Me confundí de rodar entre tantos caminos. Como una piedra solitaria y sin destino. Me atoré entre el suelo y el cielo. Me guardé el silencio que radicaba justo en mis labios. Me enredé de letras anticuadas, sucias y manchadas. Colgaban de mí mis utopías. Creo que, ¿las conoces no? El poder abrazarte sin temor alguno, el poder besar alguna de tus mejillas. El mirarte de la misma forma en que lo hago, sin necesidad de disimular casualidades. Sin voltear rápidamente para que no me pillaras con los ojos clavados en ti. A este escrito de amor le faltan verdades, y le faltas tú,fin.All Rights Reserved
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