Pactos con el Ángel (REESCRIBIENDO)

Cada persona tiene su propia luz, una luz que cuida de ellos hasta que su cuerpo se extingue.

Soy una de miles, esos miles a los que les pides antes de dormir un sueño dulce o por la salud de un familiar. Nos han dado a través del tiempo muchos nombres, aunque ninguno se acerca a la realidad. Hemos protegido a cada ser humano que ha pasado por la tierra, hombre o mujer, de sangre noble o esclavo, con magia o sin magia. De hecho, cuenta la leyenda que una persona con corazón puro al deshacerse de su cuerpo, se convierte en uno de nosotros, con alas tan brillantes como uno de los más antiguos de nuestra raza.

He cuidado a grandes humanos, desde Merlín hasta Einstein, no es por presumir, pero he sido elegida para grandes trabajos, uno en especial. Cierto niño de cabello azabache y ojos verdes con una gran misión, aunque algo haya cambiado.

Ahora estoy atrapada aquí, en su mundo, con un corazón que late sin parar y sin mis alas, aunque sólo recordaré quien soy por unas horas.