La realidad de todo adolescente es como el juego que define los cruces de la realidad con aquellos pensamientos que crean las propias emociones, pero para este chico lo real pasa de ser percibido y encara la posibilidad de encontrar esas emociones a través de una pantalla. El contacto físico,los misterios y las coincidencias suelen notarse a medida que el tiempo marca la vida de Max McKibben.