Morrigan
Entre los arboles te busco,
Bajo una luna roja, en la noche del cazador,
junto a la hoguera entre el aquelarre,
Tan pacifica como la carne.
Entre los lobos, en la espesura,
Entre las ovejas en la pradera,
En el cielo sobre alguna estrella,
En las costas de este mar de soledad.
Arden los arboles bajo la luna,
Arde esa maldita aldea de patéticos hombres,
Arde, todo arde, y las cenizas, esas malditas cenizas que se lleva el viento.
Nunca morirás de pie como el mejor de los hombres,
Nunca seras dañado, nunca merecerás semejante regalo.
Entre los arboles, o en sus copas,
Entre la maleza y su bravura.
La tierra sangra en cada paso,
El hierro escuece en tu mano,
La plata deja cicatrices en tu pecho,
Y Tu sigues corriendo de todo esto.
Dulce niña olvidada,
Triste fantasma de una vida pasada,
La mas fiera guerrera, la dama olvidada,
Entre los pasillos derruidos de hace tantos años.
Y Donde estabas? Donde te encontrabas?
Si no era en el trono, ni en la maleza,
Por que diosa estas vagando por estas tierras,
Cuanto menos se espera, cuanto menos se piensa,
mas tu sonrisa ladina me quiebra.
Me arrodillo ante ti, diosa muerta,
Doncella herida y maldita,
A los pies como tu lobo fiero,
Como tu cuervo mensajero.
El batir de estas alas tan negras y rotas,
Que no dejan partir,
El escudo roto a tus pies y mi sangre,
Mi maldita sangre que desea unirse a la tuya.
Y donde estabas?
Por que me aguardabas?
Tan sonriente, tan comprensiva,
Acariciando mi melena,
Como si realmente importase.
Mi diosa, mi reina,
La madre de los demonios,
La niña, la doncella, la anciana,
La princesa de un cuento de tormentas.
[LIBRO 1]
No respires cerca de él.
No lo mires a los ojos.
No le preguntes por su collar.
No busques las razones.
Es él, la imagen de la perfección manchada en sangre.
Tu sangre.
Obra original, todos los derechos reservados.