Es recomendable que volváis a leer la historia, porque está siendo editada antes de continuarla en una versión definitiva.
-¿Y qué pasa si conoces a otro chico, y empiezas a sentir más por él que por mí? Estaremos a miles de kilómetros, y él podrá hacerte más feliz que yo.- Preguntó, temeroso.
Yo sonreí.
Era tan mono cuando tenía miedo de perderme.
Tenía las manos metidas en los bolsillos de sus pantalones vaqueros, y el semblante preocupado.
-Sabes que no pasará eso nunca. En mi corazón solo cabes tú, no hay hueco para ningún otro.
-¿Ni aunque sea un italiano buenorro?
Negué con la cabeza.
-No hay espacio para ningún chico, por muy bueno que esté. Tengo aquí al chico perfecto para mí.
Me acerqué a él y le di un beso en los labios.
-¿Me lo prometes?- Me preguntó con un hilillo de voz.
-Claro que sí, cariño. Te lo prometo.
Me había acostumbrado a él, y no me imaginaba tener un romance en Italia. Iría allí con todo el dolor de mi corazón por separarme de Fran, sin ganas de conocer a nadie, contando los días para que el verano se acabase y volviese por fin a sus brazos. Estaba convencida de que sería el peor verano de mi vida. No esperaba llegar
Elliot Jensen and Elliot Fintry have a lot in common. They share the same name, the same house, the same school, oh and they hate each other but, as they will quickly learn, there is a fine line between love and hate.